lunes, 9 de abril de 2012

En el 35º Aniversario de la legalización del PCE. Ni un paso atrás, unidad y lucha por nuestros derechos #yasomoslegales

Declaración del PCE

Arrancamos nuestra historia común, comunista, en los primeros años de la década de 1920 (el I congreso, dos años después de las primeras reuniones, fue en marzo de 1922) y aquí seguimos. La Historia bajo los pies del partido, con el esfuerzo y entrega de los militantes, mujeres y hombres, construyendo otra forma de mirar la realidad, de estar y de actuar —de forma consciente—
en el mundo. Las penalidades, la explotación de la clase obrera, de todos, culminaron, con la tradicional alianza de las fuerzas de derecha y la Iglesia católica, con el golpe de Estado contra la legalidad republicana, la legalidad democrática. La guerra supuso la mayoría de edad del PCE, su paso a la madurez como organización política combatiente: de la lucha política al conflicto armado. “con material de guerra seríamos invencibles”, dijo el general rojo. así fue. El PCE, cuyo papel protagonista en la guerra de defensa de la república (“Todas las milicias fundidas en el Ejército Popular”) fue esencial, junto con otras fuerzas progresistas resistió la despiadada ofensiva de las tropas franquistas y sus aliados.

Después vino la derrota, inevitable por la ayuda extranjera al nacional-catolicismo y el
silencio cómplice de las democracias europeas, que empezó con el entreguismo traidor de la Junta de casado. a la derrota de la república siguió el exilio: penalidades, miserias y, de nuevo, la lucha. siempre la lucha. algunos comunistas, muchos, integraron la resistencia contra el nazismo y lo pagaron con sus vidas: campos de extermino. La larga noche del exilio fue un período intenso para el PCE: interior y exterior. contra el franquismo, la oposición fue esencialmente comunista. Peligrosos encuentros clandestinos, detenciones, juicios, torturas y asesinatos (Julián Grimau, por ejemplo), entradas y salidas de España, reorganización —siempre con la documentación falsa que preparaba el insustituible Domingo Malagón—, la batalla por la democracia, contra el régimen, la política de reconciliación nacional, las huelgas, la oposición universitaria y fabril, la creación de CCOO, plataformas unitarias de acción...

El prestigio del PCE crece. 1975, muerte del dictador. El Partido, el único que no necesita apellidos, se preparara para la nueva batalla contra el capitalismo vestido de democracia.
El Sábado Santo Rojo —9 de abril de 1977— el PCE sale por fin de la clandestinidad, de las catacumbas donde se ha escrito con sangre una leyenda contemporánea. En 1978 se aprueba en referéndum la nueva constitución. Pero eso, como sabéis, ya es otra historia. o parte de otra historia.

El Partido Comunista, parte fundamental de la libertad en España

Esta aseveración se refiere más a la lucha realizada durante décadas que a una transición
que, con el tiempo, no aparece tan modélica como se había mantenido en principio. De
hecho, muchos de los luchadores veteranos pueden llegar a pensar que no lucharon para
una democracia como la actual. El pacto de la Transición, fundamentalmente recogido en la constitución de 1978, fue un pacto negociado en el marco de la correlación de fuerzas existente entre la izquierda y la derecha y, sobre todo, de los demócratas con respecto a los franquistas. Fue un pacto constitucional aceptable, de ahí que el PCE defendiera el voto positivo a la constitución. El incumplimiento de sus aspectos fundamentales o el desarrollo legal de alguno de sus artículos, como el que se refiere, por ejemplo, a la ley electoral o a la memoria histórica, no han consolidado este pacto, todo lo contrario. La reforma constitucional expréss realizada el pasado verano a iniciativa del expresidente Zapatero con el
acuerdo del PP, sin posibilidad de un referéndum de ratificación y teniendo en cuenta que fue además una reforma dictada desde fuera, en concreto desde el sector financiero (los llamados “mercados”), nos ha llevado a afirmar que en la actualidad el pacto constitucional está roto... y no precisamente por culpa del PCE, signatario del texto y uno de los protagonistas de aquel acuerdo. más allá, en estos momentos el PCE piensa que es necesario un nuevo proceso constituyente que debería desembocar en la III república.

La lucha de los comunistas españoles ha estado ligada siempre a la libertad, la justicia y la igualdad. Desde la lucha en el sindicato vertical, donde la batalla diaria estaba centrada en la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores, hasta la creación de las Comisiones Obreras de Marcelino Camacho. Del trabajo en el movimiento vecinal para conseguir una mejor calidad de vida de los vecinos de los barrios y ciudades con servicios públicos y de calidad. De la lucha por las libertades y por la igualdad de la mujer, por la libertad sexual, por la participación ciudadana y por un modelo más democrático que cuente con los ciudadanos en las toma de decisiones, así como por un modelo económico sostenible social y medioambientalmente.

Alternativa social a la crisis. República y socialismo en el siglo XXI

El capitalismo hoy, con la excusa de la crisis, esta recortando y eliminando derechos conseguidos con décadas de lucha, con muchos sufrimientos de la clase trabajadora y de la mayoría social española; nada nos regalaron, todo tuvimos que conquistarlo con esfuerzo, tesón y la movilización. El Gobierno del PP —como antes lo hiciera el del PSOE— ha proseguido un camino de regresión social que nos hace retroceder a tiempos superados, arrastrando a la juventud a un futuro incierto, cuando no inexistente. Pero hoy, al igual que entonces, podemos cambiar las cosas, podemos cambiar las políticas capitalistas con la unidad de la clase trabajadora y lucha de la sociedad por nuestro futuro. La huelga general del  29 de marzo ha iniciado un camino, nos señala por dónde seguir. Para ello es necesaria una lucha ideológica y cultural que recupere los valores de la solidaridad y lo colectivo como elementos para combatir la crisis y que dignifique la actuación política mediante la recuperación de la ética civil, de lo que llamamos democracia republicana. De forma significativa hacemos un llamamiento a las fuerzas de la cultura para que se impliquen en esta batalla de las ideas para impedir se imponga un pensamiento único que sustenta la explotación y el colonialismo.

Frente a quienes plantean la salida de la crisis en función del poder y la influencia del
capitalismo, desde el PCE sostenemos que el futuro está en políticas de generación de
empleo y de avance en los derechos sociales y laborales. Por ello, en el 35º aniversario de la legalización del Partido comunista de España, planteamos la necesidad de conseguir la máxima unidad social y política en torno a una alternativa social, democrática y anticapitalista, basada —entre otros— en los siguientes ejes:

- Pleno empleo, para lo que es fundamental la apuesta por el empleo público.

- Universalización de los derechos sociales exigibles por ley

- Desarrollo de los servicios públicos

- Banca pública

- Participación de los trabajadores y las trabajadoras en la planificación de la economía   y en el control de las empresas.

- Reforma fiscal que libere dinero para financiar la salida social de la crisis y lo busque
donde realmente está: en manos de la Banca y de los grandes capitales; que persiga
de forma contundente el fraude fiscal y la economía sumergida.

- Apuesta por la defensa de un modelo de desarrollo sustentado en la sostenibilidad
ambiental que parta de un cambio en la política energética.


- Reformas legales para frenar la corrupción, acabar con los paraísos fiscales y regenerar
la vida política y empresarial.


En el 35º aniversario de la legalización del PCE...
Viva el Partido Comunista de España.
Viva la lucha de la clase obrera.